Estamos a 165 metros bajo tierra, al interior de la Catedral, estas cámaras se convierten en nuestros pulmones para el flujo de aire que nos permite respirar. El aire entra por debajo se nosotros, por el túnel vehicular y sube por presión atmosférica natural.
En la novena estación, “Jesús cae en tierra por tercera vez”. El contenido simbólico y dramático de este paso del viacrucis está expresado a través de la talla de una cruz literalmente enterrada en el piso y en el profundo agrietamiento que se presenta hacia todos los reclinatorios.
Nuestro horizonte se desploma, pero la Cruz permanece vertical, firme, significando con ello la fortaleza espiritual que siempre nos ha de mantener ante las adversidades.