Es una obra planeada y ejecutada en la villa de la sal como homenaje a la imponente cultura muisca, la cual alberga las más ricas tradiciones de la historia y su cultura ancestral. Este es un sendero que busca motivar a cada uno de los visitantes a conocer el origen de la identidad de la cultura muisca, viajar en el tiempo, detenerse en una franja de la historia, encontrar el conocimiento y la conexión con los antiguos pobladores de la región.
El sendero está compuesto por conceptos únicos de la cultura muisca como la iconografía tallada en el suelo que representa los copones de las ceremonias en ofrenda a Bachue (madre del género humano); también se pueden observar los medallones de la remembranza; esculturas en bronce que adornan los jardines de este espacio e ilustran los periodos de gobierno de los últimos zipas.